miércoles, 5 de noviembre de 2014

La vida es un juego




El juego es la vida, siempre se nos plantearán adversidades contra las que debemos de luchar. Por ese mismo motivo, tenemos que jugar nuestra partida hasta el final para poder obtener los resultados que nos merecemos por todo el esfuerzo empleado en vencer al oponente.

He elegido esta metáfora porque me parece la más apropiada para comentar la vida o el hecho de vivir. Nosotros tenemos conocimiento de la realidad de nuestra existencia, pero ¿y si esa existencia depende de otra realidad? Me explico. Tenemos conocimiento, como ya he dicho, de nuestro punto de vista, pero nuestra realidad puede estar sujeta a otra a su vez. Es ese preciso momento en el que consideramos que nuestra existencia puede depender o no de nosotros y de nuestra suerte. ¿Quien sabe si somos piezas de un juego que manipulan otros seres? Realmente no tenemos conocimiento para definir esto, pero yo sí tengo clara una cosa, siempre seguiré jugando mi partida para ganar.

La vida está dividida en dos partes, una de luz y otra de oscuridad. La luz es el esfuerzo que empleamos en salir victoriosos ante los problemas que se nos plantean y la oscuridad es el dolor que nos ciega, ese sentimiento de “no puedo más” que nos impide continuar. Ante esta bifurcación, tenemos que tener claro que camino coger. Siempre será más fácil elegir la oscuridad, ya que rendirse y abandonar no requiere sacrificio alguno. Mientras tanto la luz siempre es un camino más arduo. Digo que siempre será un camino más difícil porque requiere esfuerzo y el sudor de nuestra frente para poder conseguir nuestra meta. Según esto, ¿te rendirás o seguirás adelante?

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